It's a long way to heaven, but hold on! Sooner or later you'll be there... So enjoy every day of your life as if it was your last day on Earth... because time is running out and you... you are here.

lunes, 2 de agosto de 2010

Un dos de agosto...


Dos de agosto del 2010...es la fría madrugada que da inicio a una nueva semana, como así también es la primer hora de un nuevo día al cual debo enfrentar...

Y hace tres días hable con su amiga, hable de vuelta de Ella...de la única de mi vida, y a pesar de que me moría por preguntarle efectos personales por mi naturaleza curiosa, supe mantenerlos a raya porque francamente habían cosas en mi mente que podían mucho más en ese momento.

Es que era un 29, y ya es el 4 mes que llego a este número sin su compañía a mi lado. Y a pesar de que la vida se va ajustando a sus nuevos parámetros, es inevitable al menos en ese día echarla tanto de menos. Y como si inconciente, o tal vez no tan inconciente, lo deseara, me visto con mi antiguo buzo del colegio, y a la hora donde normalmente la veía en las noches, la esperé inconcientemente en el club.

Una analogía, una comparación, que realmente es digna de analizar punto por punto.

Y lo hago absolutamente asombrado, reflexionando y pudiendo ver que fue un acto reflejo de un 29...pero de un 29 de otros tiempos. Destaco acá tres aspectos claves a comparar:
—Las ansias de volver a verla
—Las charlas de “entretiempo” para hacer mas amena la espera
—Los “picaditos” de voley para hacerla también más amena la espera

Y de la manera en que fue en otros tiempos: Esperándola ansiosamente para volver a probar sus labios, charlando alegre con conocidos tal vez míos, o tal vez de Ella, jugando al voley y percatándome que un día más voy empeorando..si algún día me consideré realmente bueno en ese deporte.

Pero tal vez las charlas fueron sustancialmente distintas, las preguntas ni siquiera se asemejaron, y el tiempo que no tocaba una pelota de voley se había incrementado de manera casi escandalosa diría. ¿Tal vez dije? Pues mejor debería haberlo afirmado sin dudas, porque así fue.

Y de la manera en que ahora es: Si, es verdad que la aguardé ansioso, pero es verdad también que si la hubiera visto a lo sumo el único contacto con Ella hubiera sido un frío y abrasante beso en mi mejilla. También es verdad que charlé alegre con conocidos míos y conocidos de Ella, que ahora ya no son de Ella, si más bien míos a secas. Pero las charlas no fueron del colegio sino de algo que hace un año...hace un año no hubiera concebido: la facultad. Y el voley no fue solo un pasatiempo casi tomado por la fuerza para saciar esa sed de amarla que cada momento de mi vida atosigaba...y atosiga obviamente. Fue algo que hice porque la nostalgia que el mismo tenía en si. //que obviamente viene acompañada de la nostalgia de mi secundaria, ambas metidas en un servicio que me otorga esa nostalgia de Ella, un servicio gratuito y diario, que gentilmente todos los días mi corazón y mi mente me lo proveen//

¿Qué distintas las cosas no? Que distintas...

Pero bueno, sacando todas las raíces psicológicas de una tarde que francamente en el momento parecía una tontera más existieron algunas frases que me marcaron...

La primera de ellas, de mi propia autoría, naciente de cuando quise hablar sobre mi plano amoroso:

Y con esta nueva chica que salí...no sabés cuan mal me fue. Descubrí que era una mala mina [...] sin embargo no lo tomo como lo que fue...sino como una experiencia más para entender cuanto, pero cuanto daño le ocasioné a Ella [...] y nunca lo valoré como debía [...] Esta estúpida fue una lección más sobre Ella...nada más.”

Sin embargo no pasa a mayores, más que para efectos de una mejor comprensión de la que diré ahora, citada por mi amiga, pero de la autoría de Ella sorprendentemente

(Su novio actual) es igual a (Yo mismo), con todas sus virtudes y su alegría, con sus rulos incluso...pero sin su peor defecto: su mal humor”

¿Un puñal? Poco. ¿Una embestida? Leve. ¿Cómo lo sentí?

Como la peor manera de que golpearan a mi moral, a mi vida, y a mi orgullo, pasando estos 4 meses de auto—terapia por lugares que no vale la pena mencionar.

Y todas las preguntas bizantinas que devienen de esta reflexión de Ella sencillamente superan la imaginación hasta de este propio escritor. Pero solo una de ellas expondré acá:

¿Hasta cuanto me amó y hasta cuanto lo ama?

Dios...tal vez me debería preocupar por el pasado, y tratar de ver si en verdad lo nuestro en el verano y en sus últimos días de vida fue en verdad algo sincero; pero no soy capaz de evitar preguntarme por el presente, y por el futuro (a corto plazo, claro).

Y todas, pero todas las respuestas que podría redactar en dos o tres párrafos de dimensiones épicas, serían tan poco relevantes, que tocarían la insignificancia, por lo que sencillamente paso de ellas.

Y a las 2 de la madrugada...del 2 de agosto deseo de vuelta lo que en alguna red social comenté hoy: tener una maquina del tiempo. Pero no para cambiar nada...sino para volver a disfrutarlo, porque realmente no lo supe estimar como correspondía. Y eso...eso es algo que me atormentará por mucho tiempo...

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