It's a long way to heaven, but hold on! Sooner or later you'll be there... So enjoy every day of your life as if it was your last day on Earth... because time is running out and you... you are here.

viernes, 10 de septiembre de 2010

Si Ella es feliz...


Y ayer, quizás pensando en tu foto, por la calle te encontré andando. Que poco ha cambiado nuestra onda. Solo cambiaron un poco nuestros cuerpos...

Enanitos Verdes

Hace días lo rogué, ayer lo logré. Por fin volví a hablarle y finalmente pude descargar aquella egoísta sensación de que necesitaba disculparme frente a Ella. Y se lo dije tal cual lo escribí, con palabras más, o palabras menos. Y sentí finalmente después de 5 largos meses un abrazo suyo. Un cálido abrazo suyo.

Y fue sencillamente indescriptible. Durante toda la charla, en la cual estuve a un metro de distancia, cientos de voces pude sentir como zumbaban en mis orejas, diciéndome y taladrándome con que le dijera lo que cada una de ellas sentía. Porque así era. Yo era un nexo entre mi alma, mi corazón, mi mente, y mi cuerpo, todas como personas distintas, y Ella.

Y mi alma moría por pedirle perdón...y así lo hizo.
Y mi mente moría por escuchar su vida una vez más...y eso pasó.
Y mi cuerpo moría una y mil veces más fuerte por su abrazo...que finalmente lo tuvo.
Y mi corazón...mi corazón moría por el dolor de no tenerla...pero el lamentablemente lo seguirá padeciendo.

Joder, que cuando al corazón le tocó su turno de hablar, que cuando le tocó decirle en breves palabras su Calvario, la tristeza que emanó fue infinita realmente. O al menos a mi me llegó una infinidad. Las comisuras de mis labios se endurecían para que mi boca torciera en un gesto de dolor, y las palpitaciones aumentaban en varias ocasiones. No era fácil para él...mucho menos para mi.

Y Ella lo intentaba permanentemente el no lastimarme. Pero cuanto fracasaba...

Es duro para mi, pero más duro es para él, para el pequeño que late sin cesar dentro mío, saber que las cosas siguen su rumbo indefectiblemente. Es inconcebible para él que yo aun me muera por Ella, pero Ella ahora solo viva su vida...feliz. Y me alegra profundamente que así fuese. Porque nada en el mundo sería peor que si ahora se arrepintiera de todo. Nada lo sería. Porque nuestras vidas han cobrado un sentido que nunca pensé...y ya nada podría volver ni aunque quisiéramos.

Pero por otro lado me parte el alma saber que Ella ya no vive por mi. Que sus latidos ya no dicen mi nombre. Que sus dedos no anhelan más tocarme. Que sus labios ya no quieran besarme. Que Ella...ya no quiera Yo.

Pero no fue el único que sufrió mi Corazón. Mi mente también sufrió. Y bastante.

Porque se topó con una Lala que siguió sin variaciones el destino que yo alcancé a vislumbrar nada más tiempo atrás que iba a seguir. Despreocupada absolutamente de todo más que de Ella misma y su propia satisfacción personal, emborrachándose y vomitando como una de las tristes niñitas que yo mismo desprecio con tanto esmero, entablando amistades con infelices de muy mala cepa alcoholizados y Dios sabe que más...

Es inevitable que las lágrimas empañen mis ojos cuando entre mi corazón y mi mente hablan, cosa que usualmente no hacen, y ambos ven con cuanto dolor...que ya no somos el uno para el otro.

Porque si tal vez el amor volviera, el amor renaciera; su vida ya no coincide con la mía bajo ningún punto. Pero ninguno. Porque tiene una vida que jamás podría conciliar, porque ahora ha llegado a vomitar del alcohol que ha bebido en medio de una fiesta y entabló amistades con borrachos asiduos que jamás van a traer nada de buen augurio. Porque ya vive tan distinto a mi...tan distinto a lo que creo, vivo y construyo como mi vida que es...es imposible.

Y mi Mente le comenta a mi Corazón que aún no puede creerlo. Aún no logra concebir que haya decaído tanto. Que ahora sea tan fríamente vacía de todo. Que aquella tierna niña que lo amó, ahora se haya convertido en una estúpida hueca, absolutamente vacía....vacía de alma.

Pero el Corazón le retruca, que ninguno de los dos puede negar...que pese a todos los defectos que entre ambos le encuentran, pese a sus amistades y su sideral cambio, pese al inútil de su nuevo novio y sus apestosas amistades, pese a todo...ninguno puede dejar de recordar la suavidad y ternura de sus besos, el calor que ella le dio y en ambos caló hasta lo más profundo.

Ninguno es capaz de olvidar el sabor de sus labios, el sentir de sus caricias, el amor de sus palabras, la vida de sus ojos, el esplendor de su sonrisa, la fragancia de sus cabellos, la fragilidad de sus bellas manos, la actitud que envolvía su alma, la ternura que rodeaba a su corazón....ninguno de los dos es capaz de olvidar que con Ella, con la mujer de sus sueños, y con la niña de sus pesadillas, si con esa misma mujer que es una sola, pero al mismo tiempo son un millón, con Ella, mi alma, mi cuerpo, mi mente, mi corazón...yo...yo soy lo que soy.

Pero a pesar de todo me alegro de que al menos una de las dos personas que algún día fueron novios...algún día fueron Pato y Lala...al menos Lala sea feliz. Y en serio que me alegra, aunque me cueste mirar el monitor en estos momentos porque las lágrimas del corazón ya rebalsan mis propios ojos, porque al menos lo que siempre deseé, y siempre lo haré...es realidad:

Ella es feliz.

Perdón


Estuve leyendo tus viejas cartas, donde me hablabas de amor. Usando palabras querías decirme ya no puedo estar sin vos. ¿Y donde quedó ahora esa hermosa ilusión de regalarte a vos lo mejor de mi amor?

Enanitos Verdes

Mi garganta se encuentra afónica y mis necesidades de cantar resultan imposibles de realizar. Y es que tuve algunas etílicas aventuras en el transcurso de la semana pasada y acá estoy sin poder hablar muy bien. Sin embargo eso no me va a impedir escuchar música de la buena. Música de la que el corazón entiende y canta en cada momento de tranquilidad.

No sé que hacer francamente. Estoy en la misma NADA. Pero algo concreto si me pasa: me encuentro en un estado de “auto—compasión” según mi viejo. ¿Por qué será eso?

Creo yo que ha sido cuestión esperable con el devenir de estos difíciles tiempos en los que vivo. Pero por sobre todo de una cuestión que creo que ha sido sencillamente inconciente con lo que últimamente pienso...y lo que es peor...últimamente siento.

A ver.

En estos últimos días con el gran “sensei” de mis charlas, reflexioné sobre algo que nunca pensé, pero que al final cobró algo de sentido en mi corazón, y en mi mente. [Por cierto, para los que no me siguen muy claro el apunte, estoy hablando de Ella, como siempre.]

Y de aquella reflexión (la cual transcribiría, pero pecaría con el tamaño de mis entradas) he comenzado a sentir un poco de culpa, de nostalgia y pena, pero por sobre todo una sensación de tormento que conforme pasa el tiempo conforme crece, aunque poco, creo yo, lo piense con claridad. Sin embargo hoy lo hago:

Siento mucha culpa de todo lo que viví con ella.

Desde aquella noche cuando leí su última carta, y razoné con un tanto de frialdad sus palabras, y ayudado con aquella noche con mi “sensei” entre comillas como recién mencioné, no puedo entender como de un tan precioso enero llegue a donde estoy hoy...llegue ella a donde está hoy. No puedo comprender como ese amor que rayaba en la obsesión, que tocaba profundamente en la necesidad y que vivía en un cariño que pasaba del amor pasional de dos jóvenes pasionales a casi una mujer que protegía a un niño indefenso, no puedo entender como todo ese majestuoso amor que viví con Ella se esfumara así como así. Y si le sumo eso de que ese pendejito es mi alterego, la verdad no sé que pensar.

Un alterego claro que no vale ni dos pesos comparado conmigo mismo, si me perdonan el altruismo. Porque con sus 16 años, por más que lo intente no está a la altura mía en nada. Ni en edad, ni en maduración, ni en amor, ni en cariño, ni siquiera a nivel de hombre. Fue solo un estorbo para nosotros como pareja un día que curiosamente nos hizo que nos amáramos aún más al día siguiente, y ahora que lo nuestro se tornó imposible, es solo un “me conformo con esto”. Solo tal vez, y repito tal vez, en que sea un poco más humorado puede ser mejor que yo. Pero sin eso, es un mal ensayo mío. Un Muy mal ensayo.

Aca vamos al temón central. A lo que en verdad es la posta. ¿Qué me pasa? Me siento culpable porque la presioné en millones de aspectos. Si no fue para que nos juntaramos, fue para que dejase de ver a sus amigos un día, o tal vez para que viniera más rapido a mi casa. Me siento una inmundicia por no entenderla y comprenderla un millón de veces. Me siento un niño estúpido porque varias veces le dije cosas que la lastimaron profundamente...y solo por un capricho de niño. Me siento tan impotente al escuchar que ella a mi no me olvida, que me quiere, que no puede olvidar aquellas hermosas tardes de verano Y YO POR MI PARTE PIENSO EXACTAMENTE LO MISMO. Me siento una porquería de persona al sentir que antes pedía más y más de Ella, y todo lo que me daba era lindo, pero podía más...

Y ahora con tan solo un humilde abrazo sería tan feliz.

Parece de novela lo que pienso, parece de una serie mexicana lo que siento; porque le encuentro tantos problemas gordos a lo que ayudó a que Ella y yo dejáramos de ser uno solo. Y es irónico que tal vez sea el sencillo hecho de que...no se...¿Sea yo un pelotudo?

Tal vez sea eso simplemente, y me quemo la cabeza con cosas absolutamente fuera de contexto. Pero por otra parte mi psiquis me dice absolutamente otra cosa, porque sino es entre sueños, es entre las lágrimas que me hace derramar por sus “viejas cartas”. Y si me quiebro tan fácil con eso, es que de verdad me llega al corazón aquella bella memoria suya. Algo que caló demasiado hondo, y probablemente NUNCA lo olvide. Y si no dejo de sentir culpa es porque en verdad me siento culpable de muchas cosas y...y....ojalá algún día, pronto o lejano, pueda mirarla a los ojos y tenerla frente a mi. Y antes de todo, antes de decirle cuanto la sigo amando, antes de decirle que la perdono por todo, antes de decirle absolutamente todo...me gustaría decirle una sencilla palabra.

PERDÓN