It's a long way to heaven, but hold on! Sooner or later you'll be there... So enjoy every day of your life as if it was your last day on Earth... because time is running out and you... you are here.

viernes, 10 de septiembre de 2010

Perdón


Estuve leyendo tus viejas cartas, donde me hablabas de amor. Usando palabras querías decirme ya no puedo estar sin vos. ¿Y donde quedó ahora esa hermosa ilusión de regalarte a vos lo mejor de mi amor?

Enanitos Verdes

Mi garganta se encuentra afónica y mis necesidades de cantar resultan imposibles de realizar. Y es que tuve algunas etílicas aventuras en el transcurso de la semana pasada y acá estoy sin poder hablar muy bien. Sin embargo eso no me va a impedir escuchar música de la buena. Música de la que el corazón entiende y canta en cada momento de tranquilidad.

No sé que hacer francamente. Estoy en la misma NADA. Pero algo concreto si me pasa: me encuentro en un estado de “auto—compasión” según mi viejo. ¿Por qué será eso?

Creo yo que ha sido cuestión esperable con el devenir de estos difíciles tiempos en los que vivo. Pero por sobre todo de una cuestión que creo que ha sido sencillamente inconciente con lo que últimamente pienso...y lo que es peor...últimamente siento.

A ver.

En estos últimos días con el gran “sensei” de mis charlas, reflexioné sobre algo que nunca pensé, pero que al final cobró algo de sentido en mi corazón, y en mi mente. [Por cierto, para los que no me siguen muy claro el apunte, estoy hablando de Ella, como siempre.]

Y de aquella reflexión (la cual transcribiría, pero pecaría con el tamaño de mis entradas) he comenzado a sentir un poco de culpa, de nostalgia y pena, pero por sobre todo una sensación de tormento que conforme pasa el tiempo conforme crece, aunque poco, creo yo, lo piense con claridad. Sin embargo hoy lo hago:

Siento mucha culpa de todo lo que viví con ella.

Desde aquella noche cuando leí su última carta, y razoné con un tanto de frialdad sus palabras, y ayudado con aquella noche con mi “sensei” entre comillas como recién mencioné, no puedo entender como de un tan precioso enero llegue a donde estoy hoy...llegue ella a donde está hoy. No puedo comprender como ese amor que rayaba en la obsesión, que tocaba profundamente en la necesidad y que vivía en un cariño que pasaba del amor pasional de dos jóvenes pasionales a casi una mujer que protegía a un niño indefenso, no puedo entender como todo ese majestuoso amor que viví con Ella se esfumara así como así. Y si le sumo eso de que ese pendejito es mi alterego, la verdad no sé que pensar.

Un alterego claro que no vale ni dos pesos comparado conmigo mismo, si me perdonan el altruismo. Porque con sus 16 años, por más que lo intente no está a la altura mía en nada. Ni en edad, ni en maduración, ni en amor, ni en cariño, ni siquiera a nivel de hombre. Fue solo un estorbo para nosotros como pareja un día que curiosamente nos hizo que nos amáramos aún más al día siguiente, y ahora que lo nuestro se tornó imposible, es solo un “me conformo con esto”. Solo tal vez, y repito tal vez, en que sea un poco más humorado puede ser mejor que yo. Pero sin eso, es un mal ensayo mío. Un Muy mal ensayo.

Aca vamos al temón central. A lo que en verdad es la posta. ¿Qué me pasa? Me siento culpable porque la presioné en millones de aspectos. Si no fue para que nos juntaramos, fue para que dejase de ver a sus amigos un día, o tal vez para que viniera más rapido a mi casa. Me siento una inmundicia por no entenderla y comprenderla un millón de veces. Me siento un niño estúpido porque varias veces le dije cosas que la lastimaron profundamente...y solo por un capricho de niño. Me siento tan impotente al escuchar que ella a mi no me olvida, que me quiere, que no puede olvidar aquellas hermosas tardes de verano Y YO POR MI PARTE PIENSO EXACTAMENTE LO MISMO. Me siento una porquería de persona al sentir que antes pedía más y más de Ella, y todo lo que me daba era lindo, pero podía más...

Y ahora con tan solo un humilde abrazo sería tan feliz.

Parece de novela lo que pienso, parece de una serie mexicana lo que siento; porque le encuentro tantos problemas gordos a lo que ayudó a que Ella y yo dejáramos de ser uno solo. Y es irónico que tal vez sea el sencillo hecho de que...no se...¿Sea yo un pelotudo?

Tal vez sea eso simplemente, y me quemo la cabeza con cosas absolutamente fuera de contexto. Pero por otra parte mi psiquis me dice absolutamente otra cosa, porque sino es entre sueños, es entre las lágrimas que me hace derramar por sus “viejas cartas”. Y si me quiebro tan fácil con eso, es que de verdad me llega al corazón aquella bella memoria suya. Algo que caló demasiado hondo, y probablemente NUNCA lo olvide. Y si no dejo de sentir culpa es porque en verdad me siento culpable de muchas cosas y...y....ojalá algún día, pronto o lejano, pueda mirarla a los ojos y tenerla frente a mi. Y antes de todo, antes de decirle cuanto la sigo amando, antes de decirle que la perdono por todo, antes de decirle absolutamente todo...me gustaría decirle una sencilla palabra.

PERDÓN

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